La ideología del amor romántico ha conllevado a interpretar el NO como un SI, ya que tradicionalmente estaba mal visto que las mujeres mostraran abiertamente deseo sexual.
Tenemos que deconstruir este pensamiento que conlleva a comportamientos de inseguridad a las mujeres y a una mala interpretación por parte de los varones.
Los tiempos han cambiado y el control de la sexualidad femenina es mucho mayor, defendiéndolo como un derecho humano.
El consentimiento en una relación sexual va más allá de decir SI, y es que, ese SI debe de estar acompañado de una serie de características como ausencia de coacción y tener plena conciencia de mis voluntades.
Es una elección que se hace sin estar sometida a presiones, manipulaciones o sin que nuestra voluntad se vea anulada por la influencia de fármacos, drogas, alcohol o cualquier otra sustancia.
Es una elección que se debe de hacer desde nuestro sentir (corporal y emocional) para disfrutar y explorar nuestro placer, no desde lo que se espera que hagamos. Elegir libremente qué nos apetece, qué queremos y hasta dónde queremos.
Vamos eligiendo cada contacto sexual durante todo el encuentro. Decir sí a algo (por ejemplo besar) no significa que aceptemos hacer otra cosa (por ejemplo el coito).
Solo podemos elegir libremente algo si tenemos toda la información al respecto. Por ejemplo, elegimos, deseamos, y aceptamos tener penetración con preservativo pero sin avisarnos se lo quita y continua (sin informarnos y, obviamente, sin nuestro consentimiento), es un acto de violencia sexual (conocido como stealthing).
Podemos elegir parar en cualquier momento, no importa si es tu pareja y estáis desnudos en la cama, si estas en la casa de una pareja ocasional o si es una persona con la que has mantenido anteriormente relaciones sexuales sin preservativo y ahora tener sexo con condón, la voluntad de cada persona debe ser siempre respetada.